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Día 4-¡Nos hundimos!

Aquí es donde el proyecto empieza a flaquear, lo llamo «día 4» por llamarlo de alguna manera, pero en realidad debería ser «La semilla desaparece». Hasta ahora íbamos en un barco con 2 remos, que por cierto casi perdemos en el segundo día de proyecto. Sin embargo la situación ahora es mas crítica, estamos rodeados por una nube gigante que acecha con hundirnos, ¿Su nombre? Pereza.

Ya habrán pasado 2-3 semanas desde la última vez que hablamos seriamente sobre el corto, y parece que la idea del corto empieza a catalogarse en la caja de los recuerdos. Hace 2 días hice un amago de sacar el tema, pero no hubo éxito, enseguida nos distraímos contándonos los sueños más extravagantes de cada uno. Mi sexto sentido me dice que el diario tendrá que esperar para la entrada de un «día 5», este empezará cuando la semilla que un día planté empiece a florecer.

Pero hasta entonces daré luz verde al «Proyecto Alpha». No os preocupéis, pues pronto sabréis lo que es.


Día 3-¡Por fín! (II)

Cinco minutos de un incómodo silencio, eso fue la consecuencia de la tormenta de ideas. Fue uno de esos silencios imposibles de romper, en el que el único ruido en el ambiente era el del partido de fútbol que estaban televisando y al que porcierto, los cuatro nos quedamos mirando sin atender al mundo que nos rodeaba. No sé si fue gracias a la luz que la caja boba o la voz taladrante del locutor, pero las neuronas de uno de nosotros despertaron y las palabras que salieron de su boca, a mis oidos sonaron como una sintonía que hace poco escuchaste en un bar y que intentas desesperadamente recordar.

La idea era semejante a las anteriores, pero dio un porque a nuestro asesino, yo simplemente me limité a suspirar. Las palabras sonaron en nuestras cabezas como un teléfono que te despierta a media noche,  y apartir de aquí un sinfín de ideas empezaron a surgir como si de un volcán en erupción lava se tratase. Dos horas después de intensos argumentos  se logró firmar un bocetó de nuestro corto, la pesadilla llegó a su fin. La verdad, que dos horas dieron para mucho, y esto provocó que algunos nos quedasemos con ganas de haber metido a una virgen bailando reggaeton o un grupo de curas tocando el ukelele.

Resumiendo, el argumento ya estaba echo, ¿Que quien es el asesino o el «malo» de la película? El médico ¿Y las victimas? Nosotros.


Día 3-Frustración (I)

Desde el día dos no volvimos a hablar de el tema del corto hasta bien entrada la próxima semana. Mi constante persistencia solo lograba desanimar al grupo, y parecía que los ánimos estaban cayendo en picado a un pozo. Pero justo cuando estos estaban a punto de tocar el agua, cuatro personas nos reunimos para tratar el tema del corto y así salvar la situación.

Serían las 4.30 p.m. y recuerdo que nos pasamos un buen tiempo pensando un bar en el cual se pudiese charlar sobre el tema, cuatro gatos y treinta minutos para decidir un bar, así somos… Hasta que finalmente lo decidimos. Nos pedimos cuatro cafés y comenzamos con la parte creativa del proyecto. Recuerdo aquella tarde muy frustrante pues pusimos todas nuestras cartas sobre la mesa hasta el punto de que surgieron ideas para treinta cortos diferentes, sin embargo, ninguna nos terminó de convencer. Incluso comenté las ideas de Mariatxitxi que os mencioné en la entrada anterior. Durante el fusilamiento de ideas algunas eran realmente buenas: encerrar a «X» personas en una habitación, crear un asesino bipolar, un asesino que matase mientras estaba sonámbulo… Nada, todas las ideas tenían una pega y era que nuestro asesino no encontraba razón alguna por la que matar a la gente. Otras ideas sin embargo requerían un grupo bastante mayor al de 8 personas o efectos especiales (que naturalmente no sabemos hacer). Nuestra imaginación estaba llegando a un punto crítico, jamás pensé que la imaginación tuviese límite. Se nos acabaron las palabras…


Día 2-Obsesión

En un par de días mis ganas por grabar el corto estaban pasando de ser un capricho a una obsesión, ya no sabía a quien más contarle esta alegría que inundaba todo mi cuerpo. La emoción y la hiperactividad dieron paso a entrar en las conocidas redes sociales tuenti y facebook. Un intento desesperado de encontrar a alguien que quisiese oír algo diferente a lo rutinal. Y entonces la vi, una persona que como estoy apunto de explicar, me daría ideas e incluso se ofrecería a participar en el proyecto. Llamémosla Mariatxitxi. Le conté la idea y durante las 3 aproximadas horas que duró la conversación me hizo propuestas muy interesantes, la que más llamó mi intención y que si mal no recuerdo era algo así…

Un hijo que vive con su padre, al cual su padre echa toda la culpa de que su madre hubiese muerto y maltrata psicológica y físicamente. Este ante la ansiedad de que hubiese matado a su madre vive en una espiral de dolor. Hasta que un día, el espíritu de su madre se le aparece después de una gran paliza de su padre diciéndole que ella no murió por su culpa sino por la de su padre. De aquí en adelante el hijo haría lo imposible por vengar la muerte su madre.

La he retocado un poco para darle un poco más de largura al argumento. El problema primordial aquí es que necesitaríamos efectos especiales para hacer la aparición espiritual de su madre, y es algo que ante la posibilidad de ello intentamos evitar. Sin embargo, como más tarde descubriréis, esa será una de las razones por la que muchos de los cortos que pensemos pasarán a ser archivados en el recuerdo.

La conversación terminó y yo tenia mi cabeza a pleno rendimiento después de aquel bombardeo de ideas de Mariatxitxi, me metí en la cama con la infortunia de no haber tenido en cuenta que mi cerebro era una maquina sin botón de apagado. Mi noche no terminaría hasta las 7 a.m., cuando el cansancio cambió su turno al pensamiento y la noche se hizo día.

Un saludo a Mariatxitxi porque gracias a estas pequeñas aportaciones se logran hacer grandes obras.


Día 1-La semilla

El porque del corto no fue nada más que un capricho que me vino hace 1 mes. Estaba completamente aburrido en frente de la pantalla de mi ordenador cuando decidí entrar a Google Reader con la esperanza de hallar algún artículo interesante. Hice click en mi pestaña de «curiosidades» y no sé si fue la desesperación o el aturdimiento del calor pero un artículo del blog cortos.org me dio una idea simple a primera vista. Crear un corto. Sin esperar medio segundo me puse a buscar concursos en internet en el sitio web 1arte.com. A priori encontré uno que era perfecto, teníamos 3 meses de plazo para hacer el corto (ahora sé que se necesita más tiempo que 13 semanas para esta «hazaña») y se lo envié por correo a mis amigos. La respuesta fue unánime. Sí.

La pequeña semilla de este proyecto ya estaba plantada y empezaría a echar raíces más hondas en algunos de nosotros que en otros.