En un par de días mis ganas por grabar el corto estaban pasando de ser un capricho a una obsesión, ya no sabía a quien más contarle esta alegría que inundaba todo mi cuerpo. La emoción y la hiperactividad dieron paso a entrar en las conocidas redes sociales tuenti y facebook. Un intento desesperado de encontrar a alguien que quisiese oír algo diferente a lo rutinal. Y entonces la vi, una persona que como estoy apunto de explicar, me daría ideas e incluso se ofrecería a participar en el proyecto. Llamémosla Mariatxitxi. Le conté la idea y durante las 3 aproximadas horas que duró la conversación me hizo propuestas muy interesantes, la que más llamó mi intención y que si mal no recuerdo era algo así…
Un hijo que vive con su padre, al cual su padre echa toda la culpa de que su madre hubiese muerto y maltrata psicológica y físicamente. Este ante la ansiedad de que hubiese matado a su madre vive en una espiral de dolor. Hasta que un día, el espíritu de su madre se le aparece después de una gran paliza de su padre diciéndole que ella no murió por su culpa sino por la de su padre. De aquí en adelante el hijo haría lo imposible por vengar la muerte su madre.
La he retocado un poco para darle un poco más de largura al argumento. El problema primordial aquí es que necesitaríamos efectos especiales para hacer la aparición espiritual de su madre, y es algo que ante la posibilidad de ello intentamos evitar. Sin embargo, como más tarde descubriréis, esa será una de las razones por la que muchos de los cortos que pensemos pasarán a ser archivados en el recuerdo.
La conversación terminó y yo tenia mi cabeza a pleno rendimiento después de aquel bombardeo de ideas de Mariatxitxi, me metí en la cama con la infortunia de no haber tenido en cuenta que mi cerebro era una maquina sin botón de apagado. Mi noche no terminaría hasta las 7 a.m., cuando el cansancio cambió su turno al pensamiento y la noche se hizo día.
Un saludo a Mariatxitxi porque gracias a estas pequeñas aportaciones se logran hacer grandes obras.